… ¡NO SEÑOR! La solidaridad de clase no se acaba donde se acaba la cancha local. Es transversal a todas las canchas donde oprimidxs y explotadxs nos jugamos la vida cotidianamente.
Y sin duda una de esas canchas, es la cárcel. Porque no estamos todxs. A casi un año y medio de la revuelta popular, aún no estamxs todxs. Faltan lxs presxs. Faltan esos compañerxs del equipo y de la hinchada del pueblo que por saltarse el torniquete fueron escoltados a la parte más oscura del Estadio, a esa donde llevamos flores todos los años para el 11. Y desde entonces no lxs vimos más.
El equipo de la clase dominante acusó violencia excesiva, y exigió la pena máxima. Y no, no nos referimos a una tarjeta roja y a un par de fechas de suspensión. ¡No, señor! Nos referimos a un veto de por vida de las canchas. A una privación de libertad total y absoluta. Porque no es que solo se los hayan llevado al calabozo y ya está. Lxs compañerxs llevan más de un año en la cárcel, sin respuesta alguna, sin proceso alguno.
Porque eso que llaman “debido proceso”, es más falso que las lesiones de Neymar. En Chile no existe el debido proceso para el pueblo. Y para qué hablar de ese otro unicornio burgués, el “Estado de Derecho”. Es más factible que un equipo chileno gane la Libertadores este año, que el famoso “estado de derecho” opere en este país. No, si de verdad, es más factible que Chile gane el Mundial, que en este país la yuta no viole los derechos humanos de aquellxs que luchan todos los días.
Y qué decir de los medios burgueses, que como buen medio campo de la clase dominante, con alta capacidad para hilar jugadas, ha construido una narrativa en la que lxs compañerxs son tratadxs de delincuentes, de violentistas. Cuando en realidad no son nada más ni nada menos que presxs políticxs. Sí, escuchó bien. En Chile hay presxs políticxs, CON TODAS SUS LETRAS.
Están presxs por defenderse en un contexto de lucha de clases, de desobediencia civil. Por defenderse de la arremetida fascista de la clase dominante, que ese 18 de octubre nos declaró la guerra sin tapujos, y procedió a perseguirnos, reprimirnos y matarnos.
Y a estxs compañerxs, lxs encarceló, y tiró la llave al Mapocho, esperando que lxs olvidaramos. Pero eso no va a pasar. Porque el equipo y la hinchada del pueblo no olvida, y tampoco perdona. No hay duda alguna, y si tiene alguna, escuche y mire con atención. El estadio está retumbando desde sus mismísimas entrañas, el pueblo clama la libertad de los suyos. Desde la cabina vemos como los jugadores del equipo del pueblo están desplegando un paño a lo largo de la cancha que claramente lee: LIBERTAD INMEDIATA E INCONDICIONAL A LXS PRESXS POLÍTICXS DE LA REVUELTA, mientras la hinchada del pueblo, siempre incansable, grita a todo pulmón: ¡LIBERAR, LIBERAR, A LXS PRESXS POR LUCHAR!
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